Adiós a una superpotencia?

Fuente. Expreso
Las lecturas son muchas, demasiadas. Pero si en algo coinciden las reflexiones sobre el discurso del presidente estadounidense, Barack Obama, ante la ONU, es en el cambio de ruta de ese país cuando se habla de su relación con el mundo.
La línea dura republicana acusa a Obama de haber permitido que el liderazgo americano se derrumbe. En Ecuador, Johnny Roca, autor de ‘Objetivos nacionales de la política exterior ecuatoriana’, enfocó el tema por esta vertiente.
«El multilateralismo no podía esperar», dijo Roca, en entrevista con EXPRESO. «El mundo ha cambiado tanto que países como Brasil pueden discutir de igual a igual con EE.UU.» en el pleno de la ONU. Esto, en referencia a las acusaciones que Dilma Rousseff, presidenta carioca, espetara contra el norte por los escándalos de espionaje.
Pero el replanteamiento del papel estadounidense en el orden internacional deja reflexiones sueltas más allá de la soberanía o el interés político de la Casa Blanca.
La política intervencionista americana, que tomó alto vuelo durante la presidencia de Ronald Reagan en los 80 y fue luego fortalecida por el gobierno de George Bush (padre), se basaba en una responsabilidad moral. Es decir, era una respuesta a la obligación moral que la primera potencia del mundo tenía sobre los territorios en caos y los estados fallidos. Por eso Kosovo, por eso Bonia, por eso Irak.
Pero la Doctrina Obama, promulgada el martes ante la ONU, se replantea esta visión del mundo. «El peligro para el mundo es que nadie quiera tomar el liderazgo», aseguró.
Internacionalistas guayaquileños como Carlos Estarellas, autor de ‘Ministerio de Relaciones Exteriores 1972-2007’ y exsubsecretario de esta cartera de Estado, apuntan a la necesidad de repensar el orden internacional, bajo estas nuevas realidades.
Si EE.UU. deja de ser policía del mundo y la ONU -como en Siria- es incapaz de responder a los genocidios, señaló Estarellas, entonces el mundo debe temer. «Tenemos que reformar la ONU. Debemos entender que este organismo respondía a la realidad de 1945…», agregó en declaraciones a este Diario.
Pero no todas las voces concuerdan en sentido general. Antonio Parra Gil, excanciller guayaquileño durante el gobierno de Alfredo Palacio, cree que lo que existe es un «sobredimensionamiento de las palabras de Obama», que los intereses siguen siendo los mismos y que el aislacionismo está distante.
Parra se aferra a la visión de que la Seguridad Nacional tiene, para EE.UU., un concepto muy amplio. «Afectar a sus petroleras puede ser considerado un ataque a su seguridad nacional», recordó. Y saca a luz los cuatro principales objetivos pronunciados por Obama: no permitir armas nucleares, no al terrorismo, defensa de sus aliados y estabilidad en recursos energéticos.
Andersson Boscán Pico – Guayaquil