El Tren Crucero de Ecuador en los ojos del mundo

La mágica travesía del Tren Crucero ya no solo es resaltada en medios nacionales, ahora expertos norteamericanos lo recomiendan como una gran opción turística a escala mundial.
The Dallas Morning News, el quinto periódico metropolitano más grande de EE.UU.,publicó en agosto en su sitio web oficial www.dallasnews.com un extenso artículo sobre un viaje de cuatro días y tres noches a bordo del Tren Crucero en Ecuador, recientemente galardonado por los World Travel Awards como Tren de Lujo Líder de Suramérica.
El relato parte desde los Andes hasta llegar al Pacífico, evocando la historia, los paisajes y la gente que el tren vio a su paso. Desde que Gabriel García Moreno lo idealizó hasta que en 1908 el Gral. Eloy Alfaro lo puso en marcha.
The Dallas Morning News narra la emocionante travesía de un turista que se embarca en el Tren Crucero y que va descubriendo las incontables maravillas que ofrece el Ecuador. Destaca, además, la labor que ha realizado el Gobierno en materia de turismo, que viendo potencial en la infraestructura ferroviaria en ruinas, desde 2008 ha invertido casi USD 300 millones en la restauración de las estaciones, la reparación de la pista y la adición de los coches y rutas del tren, todo con el fin de rescatar uno de los atractivos turísticos más emblemáticos que tiene nuestro país.
La aventura arranca en Quito, en donde “atraídos por el aún novedoso sonido de un tren reuniendo poco a poco la velocidad, caras sonrientes aparecieron alrededor de las esquinas, en los balcones y en la vía. Los niños se levantaron en el aire, agitaban las manos”, así es como el medio norteamericano describe el inicio de una espectacular travesía.
The Dallas Morning News destaca que el viaje en tren no fue la única recompensa de los viajeros, ya que con el paso de las horas y los kilómetros, el majestuoso volcán Cotopaxi, la laguna de Limpiopungo, los coloridos valles andinos, los alegres danzantes de la Estación de Lasso, el mercado de Guamote y conocer a un personaje como el último hielero del Chimborazo también se convirtieron en experiencias sorprendentes, junto con la emoción de atravesar La Nariz del Diablo, llamada así por su forma tan peculiar semejante a una Z y la dificultad para superarla -pues el tren desciende la pendiente en reversa-, para finalmente llegar a la bellísima Costa ecuatoriana, en donde termina un viaje inolvidable, que demuestra que Ecuador es un destino de clase mundial, que tiene todo para ser Potencia Turística.