La OMS pide regular el cigarrillo electrónico en lugares cerrados

La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió este martes su esperado informe sobre el uso y la regulación de los cigarrillos electrónicos, y se mostró contundente: que se trate como el tabaco normal. Ello implica una estricta regulación en todo el mundo que, entre otras cosas, prohíba su uso en establecimientos cerrados y la venta a menores, y ponga límites a su publicidad. La OMS continúa así la lucha contra los cigarrillos que emprendió hace cerca de una década, cuando entró en vigor el tratado mundial contra el tabaco, el primero dedicado a una cuestión de salud pública.
El informe, que debatirán los Estados miembros en una reunión en Rusia en octubre, constata el “evidente” auge del uso de estos dispositivos, de los que existen 466 marcas, y en los que en 2013 se gastaron en todo el mundo 3.000 millones de dólares (2.275 millones de euros). También recoge cómo las grandes empresas tabacaleras transnacionales se han incorporado a este mercado recientemente y cómo “compiten agresivamente” con las independientes. La creciente concentración del mercado “es de gran preocupación”, añade.
«No es simplemente vapor de agua»
El informe de la OMS analiza la evidencia científica existente hasta la fecha sobre los riesgos sanitarios de los cigarrillos electrónicos, tanto para los usuarios como para los que respiran el humo de otros. Y concluye, entre otras cosas, que el aerosol que generan “no es simplemente vapor de agua como se suele afirmar en la mercadotecnia de estos productos”. El texto reconoce que la mayor parte de estos dispositivos no han sido sometidos a ensayos por parte de científicos independientes pero, basándose en la evidencia publicada hasta ahora, alerta de que la inhalación de nicotina, el componente adictivo del tabaco, puede tener efectos adversos durante el embarazo y aumentar el riesgo de cardiopatías. “Si bien la nicotina no es carcinógena en sí misma, puede funcionar como promotor tumoral”, asegura.
Además de la inhalación, la sobredosis de nicotina por ingestión o contacto cutáneo también se considera un riesgo sanitario. La mayoría de países no vigilan estos incidentes, por lo que la información es escasa, señala el texto. Sin embargo, estudios de Estados Unidos y el Reino Unido indican que los casos de intoxicación por nicotina han aumentado sustancialmente.
Los efectos a corto plazo para los usuarios, ovapeadores, son la irritación de ojos y vías respiratorias por la exposición al propilenglicol (el otro ingrediente principal, junto con la nicotina). Sobre los efectos a largo plazo, avisa: dado lo relativamente reciente de estos productos y el largo tiempo que tardan en aparecer muchas enfermedades, entre ellas el cáncer, “no habrá pruebas concluyentes” de la relación, dice la OMS, “hasta dentro de muchos años, e incluso decenios”. Con los datos actuales, el informe señala las “graves amenazas” de estos productos para adolescentes y fetos y recuerda que aumentan la exposición de los no fumadores a la nicotina y a algunas sustancias tóxicas. Exposición, eso sí, en general menor que la de los cigarrillos convencionales.
El País